COLOMBIA, BIENVENIDA A LA PAZ
Heli Ocaña Alejo

Luego de cantar un hermoso ballenato con la alegría que caracteriza a un colombiano de abajo, habla sobre la vida de los alumnos, las escuelas, la comunidad, el ejército, los paramilitares y los del FARC, en su lejano valle.
Comenta de los conflictos constantes entre las fuerzas en disputa, lo que les obligó a la población a realizar campañas de concientización para lograr la paz ansiada y garantizar la seguridad de las familias y su tranquilidad en el futuro; algo que lograron luego de muchas reuniones con los líderes de todos los sectores involucrados. Con mucha pena e indignación, recuerda que costó la vida de valiosas personas, por la incomprensión de las fuerzas beligerantes, que simplemente les acusaron de soplones o colaboracionista.
Sentado en primera fila del auditorio de la universidad Católica de Oriente de Antioquia, en noviembre del 2015, escuchaba con desconcierto cada palabra, frases y narración del maestro, que a través de su rostro y sus ojos transmitía la verdad y una esperanza. Confesaba él, que todas las familias de El Valle estaban involucrados con las FARC o con el ejército o con los paramilitares. Ninguna familia se libraba de esas fuerzas externas, sus miembros eran parte algunas de las tres fuerzas enemigas, situación que ellos no querían pero aceptaban porque era parte de su realidad.
Muchas veces - comenta el maestro - en la misma casa, bajo el mismo techo y al rededor de una misma mesa, se reunían a almorzar o cenar los familiares que estaban distribuidas entre las tres fuerzas enemigas; pero gracias al trabajo de la población se evitaron escenario de enfrentamientos y traiciones, logrando que al finalizar la reunión, cada miembro partía a su organización para continuar en la línea de sus ideales.
Cuando el maestro bajó del escenario me acerqué a él para preguntar y despejar mis dudas, recibiendo la confirmación. Todo es verdad. Que la neutralidad era un imposible.
Como nunca, sentí una profunda nostalgia por la población, por los niños y el futuro de Colombia. Es terrible ver un pueblo entrampado en su camino, y más allá de los principios e ideales de cambio que uno sueña para los pueblos hermanos, hay momentos de reflexión.
En el pasillo de la UCO muchos hablaban, que la Paz era una utopía; o en todo caso era el inicio de una nueva lucha. Se decía que los grandes problemas de Colombia son los puntos de partida para seguir luchando. En fin, ahí lo dejo, sin dejar de pensar en que la política es la búsqueda constante de caminos para hacer realidad los ideales.
En agosto del 2014 estuve en Nicaragua, escuché atento el discurso de Rigoberto Menchú. Ella hablaba de una Colombia sin democracia, sin paz y sin desarrollo; que la derecha encabezada por Alvaro Uribe era el principal obstáculo para lograr la Paz. Que la conversación que se venía haciendo en Cuba era un buen deseo y un buen paso, pero esperaban más voluntad del presidente Santos, quien actuaba en directa relación con los objetivos de reelección a la presidencia; algo que si logró con apoyo de la población. De esa fecha aquí, los pasos han sido irreversibles. En las ocasiones que estuve en Cuba, fue imposible hablar de política sin tomar en cuenta a Colombia. Las veces que se encendía la radio o la televisión, significaba oír noticias del trabajo permanente por la Paz en Colombia.
Finalmente hoy se firmó las bases de la paz y es una realidad, así se definen la vida de los pueblos.
Debo recordar que los problemas de Colombia no han desaparecido, las políticas de estado tienen que apuntar a reducir sus brechas sociales, económicos, culturales y accesos a la educación, entre otros.
A estas horas, en El Valle, los hermanos de Colombia se deben estar dando abrazos interminables por este paso histórico. La cena debe ser interminable y los hermanos ya deben sentirse parte de una sola bandera, familia y Colombia. Sus ideales por un futuro próspero, con desarrollo y en democracia con justicia social no se habrán abdicado.
Bien por Colombia y bien por el maestro cuyo canto me trae a la memoria. Su sueño de paz es hecho realidad. Por lo menos se sentaron las bases.
Felicitar a Cuba por ser escenario de la revolución americana y constructor de la paz, y a los países garantes por poner la mano al fuego por Colombia.
La imagen de dos líderes colombianos mirando el futuro es una verdadera lección, y ojalá el mundo mire a ese país hermano con otros ojos.
L. 23/06/2016
PHOA
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