Haciendo Magisterio

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miércoles, 2 de marzo de 2016

Desde Yungay para el Mundo

YUNGAY, ENTRE LA BELLEZA Y ....... LA ESPERANZA.

Ancash es hermoso por donde lo mires, Yungay tiene lo suyo. 

Desde una camioneta que a velocidad controlada me lleva a Yungay, la ciudad sepultada en 1970, el 26 de febrero del 2016, logré tomar unas fotos del Huascarán, para publicarlas por las redes sociales. Junto a esa bella imagen, logré elaborar una frase que mereció comentarios significativos de mis seguidores que me comprometieron a pergeñar una alegoría a la hermosa provincia de Yungay: 

Cementerio con el Cristo redentor mirando al Huascarán
"Confundido con las nubes más altas, cerca al cielo y casi pegadito al sol, se muestra imponente el gran Huascarán."

No necesita de explicaciones; pero escalar el Huascarán, es un acto heroico. Solo es posible para quienes están preparado en el deporte de alta montaña y para los guías de turismo. Los alpinistas son los que arriesgan su vida trepando las cumbres heladas, desafiando los escarpados que impiden tocar el cielo.

Debe ser hermoso llegar a la cima de la montaña más elevada de nuestra patria y contemplar el cielo desde un punto más cercano. En las altas cumbres, se siente la fuerza de la velocidad del viento, que, de solo imaginarlo, causa espanto, estremece y emociona. Sobre todo, cuando se intenta estar erguido sobre la dureza reluciente de los glaciales en su punto más alto y frígido.

Para fines del presente texto, hice un viajé imaginario a la cumbre más alta de Ancash. Llegué a los 6768 m.s.n.m. ubicada en la cima del Huascarán. Mis ojos divisan toda la región y desde esa cima, me animo contemplar la dimensión geográfica de Ancash. Sin temor a equivocarme, miro al sur para identificar la cadena de picos incontables de la cordillera blanca, donde se muestran bellas e imponentes, resurgiendo al fondo el Pastoruri, seguido del Yerupajá y Huayhuas, ubicada entre norte de Lima y la provincia de Bolognesi al sur de Ancash. 

A mis espaldas está el norte, donde aparece desafiante el Huandoy, Taulliraju, Pukahirka, Champará y decenas de picos; entre ellos el inconfundible Alpamayo de 6420 msnm. (Este hermoso pico viene a mi memoria, cuando en junio de 1988, logré contemplar su majestuosidad desde el abra de Garampayoj, ingresando por un camino de herradura desde la provincia de Pomabamba. Integraba en mi condición de presidente, a una delegación de 21 estudiantes del V ciclo del Instituto Superior Pedagógico de Pomabamba, especialidad de educación primaria.) Un poco más al norte se divisa la provincia de Corongo y Pallasca con picos que apenas guardan un poco de glacial, pero esconden decenas de lagunas de encanto. 

A mi lado oriental está el valle de los Conchucos con una configuración geográfica muy accidentada, compuesta de varias microcuencas con ríos que desembocan al caudaloso Marañón. Estas aguas corren de sur a norte delimitando toda la región de Ancash con Huánuco y parte de La Libertad. En esta subregión están las provincias de Asunción, Carlos Fermín Fitzcarrald, más al sur, Huari y Llamellín, y si vuelvo la mirada al norte, diviso las provincias de Mariscal Luzuriaga, Pomabamba, Sihuas y la parte oriental de Pallasca representada por el distrito de Conchucos. En Conchucos está la laguna de Pelagatos, un encanto aún desconocido.

 A mi lado occidental, diviso el hermoso Callejón de Huaylas ubicada entre la cordillera blanca y negra. Entre ellas, recorre el rio Santa de sur a norte, partiendo desde la laguna de Conococha y pasando por el gran Cañón del Pato, para bajar en cascadas y velocidad acelerada hasta el Pacífico. Los innumerables pueblos de la zona son la cara de presentación de Ancash, entre ellas, Cátac, Ticapampa, Recuay, Olleros, Huaras, Anta, Carhuas, Ranrahirca, Yungay, Caraz, Santa Cruz, Huaylas y tantos otros pueblos, ubicadas entre las faldas de ambas cordilleras de contraste inigualable. Si me remonto imaginariamente más allá de la cordillera negra, contemplo los pueblos de Las Vertientes que van desde Ahija, Yautan, Quillo y Pamparomas, y un poco más abajo, pegadito al mar, las provincias de Huarmey, Casma y Santa, con playas de encanto y la carretera panamericana que le da una gran movilidad social y comercial.

La cordillera negra aporta muy poca agua al río Santa; pero a partir de sus estructura rocosa y lluviosa en determinadas temporadas del año, dejan caer sus aguas a los ríos Nepeña, Casma, Huarmey y Fortaleza, los que ayudan a la agricultura en la zona costera. Siguiendo con la vista siempre al sur oeste, atrás de la cadena montañosa que termina en la famosa abra de Conococha y entre la cordillera Yerupaja y Huayhuash, norte de Lima, se encuentra la entrañable provincia de Bolognesi con su capital Chiquián, conocido como el Espejito del Cielo. Si continuamos bajando a la zona costera, encontramos a la provincia de Ocros. Entre estas dos provincias se forma el famoso río Fortaleza y Pativilca, tributarias del mar peruano. 

Desde el Huascarán, y gracias a su altura y fuerza telúrica, se puede pensar en las 20 provincias y cuatro subregiones del departamento de Ancash. Estando en Yungay, es imposible dejar de sentir la fuerza de la belleza ancashina. Sus más de 35 picos con glaciales que superan los 6000 m.s.n.m. son retadoras. No le faltó razón al sabio italiano Antonio Raimondi para expresar "Hay pocas cosas tan hermosas como un amanecer a los pies del majestuoso Huascarán, en el callejón de Huaylas" - pág. 76 Ancash Capital Cultural y Educación. Lo que es corroborado por Jim Bartle "Indudablemente la Cordillera Blanca es una de las cordilleras más hermosas del mundo. Y ninguno ...... la iguala en combinación de fácil acceso, hermosos paisajes…y clima benigno .... es un museo vivo al aire libre .... Debería ser una fuente de orgullo de todo peruano". Ídem. 

Resalto que el Dr Wilfredo Kapsoli, apenas llegado a Yungay, me entregó un libro titulado “Yungay en la Memoria” del Mag. Manuel Valladares Quijano, con una dedicatoria del autor que dice "para el profesor Heli Ocaña, Ex-director de la Derrama Magisterial, gran institución creada por los educadores del Perú". Quedé agradecido de la donación y al recorrer sus páginas, siento que merece un comentario aparte, pero para este acápite, transcribo algunas líneas del poema de Roberto Arias Guzmán, titulado "Yungay eres un poema del Huascarán al Huansacay", y resume el encuentro de la vida y la muerte, en preciosas breves palabras. Aquí las tres primeras líneas de la segunda estrofa:

"Huascarán 

eres flor de hielo 

y poesía cristalina"

Y luego, las tres líneas de la tercera estrofa nos desafía así:

"Y tu Huansacay,

eres el adiós a la vida 

en medio del valle Yungaíno"

Con ese mensaje inmensurable y con el vigor del Huascarán imaginado, observo con mucha nostalgia la ruta del aluvión del 31 de mayo de 1970, que sepultó el sueño de miles de yungaínos. Luego de mi visita imaginaria al Huascarán, inicio el descenso a la ciudad de Yungay. El camino, luego de pasar escarpados, praderas de hierba y bosques, bordea las lagunas de Llanganúco: el Orconcocha y el Chinancocha. El primero tributa sus aguas al Chinancocha; pero antes, las aguas se desprendieron de los glaciales, y al bajar, se esparcen entre las rocas y escarpados como si fueran cabellera de una deidad, que de solo mirarlo causa amor, encanto y a veces espanto. 

Cuando se vuelve la mirada a la imponente cordillera, se observan entre sus faldas, impresionantes cascadas que parecen finas y angelicales sábanas blancas extendidas sobre las pétreas rocas que sostienen a las altas cumbre. Son bellas imágenes acompañado de sonido melodioso, sobre todo en los días de sol o en las noches de luna llena con cielo despejado. En las noches de cielo límpido, el reflejo de los glaciales ayuda a iluminar el ambiente nocturno acompañado de bulliciosas cascadas. Lo he visto con mis propios ojos y escuchado con mis propios oídos. Esa naturaleza sabia y agreste, se han hecho carne en mi vida.

En esta bajada imaginada, encontramos una carretera afirmada y un camino de herradura. Ambas rutas pasan por bellos parajes lleno de quenuales, quisuar, pastizales, eucaliptos, alisos, molles y diversidad de arbustos lleno de aves andinas de trinar melodiosa. Se observan escarpados y desfiladeros enormes, cual pizarras naturales que invitan pintarlas. Más abajo, encontramos tierras agrícolas que producen habas, cebada, trigo, maíz, tarwi, papa, oca, olluco, etc. 

Conforme se desciende, aumenta el calor, encontrando cambios notables en la producción agrícola. En la zona se produce verduras, alfalfa, plantas frutales, y llegando al valle del río Santa, abundante producción de paltas, pacay, limón, naranja, limas, chirimoyas, duraznos y otros, que hacen de Yungay una provincia comercial pujante con productos de pan llevar, y animales menores como el cuy, conejo, gallina, cerdo, ovino y el vacuno. Es admirable observar el mercado lleno de productos andinos, que luego son enviados a los mercados de la capital y el interior de la región. Yungay es una provincia productiva con belleza paisajística, que contrasta con su saber popular, tradición e identidad. 

Si algo le falta a Yungay, es la instalación de centros de procesamiento de productos, para dar valor agregado y mejorar su economía. Esta demanda estratégica a mediano y largo plazo, es para todo el callejón de Huaylas y Ancash. Urge un Estado dinámico que promueva el desarrollo integral. Las universidades tienen que asumir su rol científico, tecnológico y promotor del cambio, aprovechando los avances de la ciencia y la investigación.

En cuanto a la presentación del libro, la recepción en Yungay a cargo de la directora de la UGEL Lic. Elem Valverde Caldas y los funcionarios encabezada por la Lic. Lidia Díaz, fueron de exageradas y generosas consideraciones. Junto al Dr Wilfredo Kapsoli, disfrutamos de la estancia. Coincidentemente fuimos alojados en un hotel con nombre quechua, lo que nos llevó a reflexionamos sobre la lengua local. El nombre del Hotel es Rima Rima, proviene de vocablo quechua hablar o saludar. En Yungay es común combinar la conversación entre quechua y castellano, creo eso ocurre en todos los pueblos bilingües. Visitamos el mercado y aprovechamos para hablar en quechua con las animadas vendedoras de dulces, quesos, frutas, tamales y otros. El quechua conchucano que yo y Wilfredo hablamos, tiene diferencias del huaylino; pero no es difícil entendernos.

A partir de la experiencia en el mercado, convertimos la hora del almuerzo en un espacio para conversar con el Mag. José Antonio Salazar Mejía, director (2016) de la Oficina Descentralizada del Ministerio de Cultural de Huaraz – Ancash. Antonio es una personalidad intelectual muy reconocida en ancash. Él identifica que en el callejón de Huaylas tenemos dos quechuas, una variante ubicada al sur que va entre Huaraz y Recuay, y la otra variante, los del norte que se ubica entre Carhuaz, Yungay y Huaylas. Además, agrega que el quechua de Chiquián y Ocros tiene sus propias características que les diferencia de los antes señalados. En el callejón de Conchucos tenemos el quechua de Huari y Llamellín, la otra variante arraigada es de Chacas a Sihuas, y finalmente el de la variante de Corongo y parte de Pallasca. Estas 6 variantes del quechua ancashino, con ciertas similitudes y algunas diferencias marcadas, le convierte a Ancash en una región peculiar e intercultural. El Dr Kapsoli sostiene que esta diversidad es la expresión de una población que llegó por oleadas a cada zona, los que se fueron asentando y desarrollando sus propias costumbres y habla tomando en cuenta la cultura ancestral; pero también expresa los límites de los cacicazgos de la época colonial.

Al respecto de lo anterior, recuerdo la información proporcionada por el Lic. José Pariasca, ex regidor de Educación y Cultura de la Municipalidad Provincial de Huaraz y asesor del congresista Fredy Otárola entre el 2013 al 2016, en el sentido que la invasión española no logró erradicar la cultura local como lo hizo en otra parte del imperio Inca. Sostenía que en Cusco, los españoles incorporaron el alfabeto castellano y por tal razón usaron la "z" para escribir el nombre de la ciudad “Cuzco”; mientras que en Ancash no, ya que la "z­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­” al no ser parte del alfabeto quechua y Huaras no habiendo sido invadida por los españoles nunca incorporó totalmente el alfabeto castellano; José Pariasca sostenía que por lo menos, el mundo académico conocedor de estos temas, ha decidido escribir el nombre de Huaras con "S". Lo indicado parece tener asidero; en cierto grado - al parecer - se logró que se respetara la cultura local. El registro histórico nos dice, que Atahualpa estando prisionero en Cajamarca, con la finalidad de congraciarse y usando la costumbre de la época, regalo a su media Hermana Inés Huaylas a Francisco Pizarro. Al ver la belleza de la joven, el español decidió tomarla como esposa. La historia también nos dice que Inés Huaylas acompañó a los españoles en su viaje al sur, y en 1534 nace su hija mayor que le puso el nombre Francisca en honor al padre, y a finales de 1935 nace su segundo hijo que lo bautizó con el nombre de Gonzalo.

Más adelante, Inés Huaylas se separa de Francisco Pizarro y se casa con Francisco de Ampuero, uno de los que apresó a su hermano Atahualpa en Cajamarca. Ampuero llegó a ser alcalde Mayor de Lima, convirtiéndose en un hombre poderoso, con quién llegó a tener 3 hijos. Estos hechos, parecen ser las razones por el cual, Ananguaylas (hoy la zona de Callejón de Huaylas) no haya sido invadida con la misma ferocidad como fueron tratados los otros pueblos incas; además se dice, que Contarhuacho, una de las esposas de Huayna Cápac y madre de Inés Huaylas, mujer noble de Tocas y Ananguaylas, hija del Curaca principal de la región, era una mujer muy poderosa. Ella habría prestado ayuda militar a Pizarro para enfrentar el levantamiento de Manco Inca, que puso férrea resistencia a los españoles en 1536, con un levantamiento que puso en jaque a los invasores. Es decir, Inés Huaylas podría haber influido en esa resistencia o consideración de los invasores hacia la región. El Resaltado es mío. Idem pág. 158 y Puro Perú - ed. Derrama Magisterial - 2014. PEP 04.

En la inolvidable conversación y sobremesa del almuerzo, logramos identificar la riqueza culinaria Yungaína como el picante de cuy, el cuy frito, el chicharrón, el charqui, la llunca de gallina, la trucha frita, la pachamanca, el chocho, la papa con huevo, la papa con yuyo, y otros ricos platos agradables que se acompañan con chicha de jora. En general, son comidas que se pueden encontrar en toda la región con variaciones en el modo de preparación, condimentación y forma de servir. 

La estancia en Yungay, nos hizo disfrutar del calor que superó los 30 grados centígrados en pleno sol; también vino a nuestra memoria el cambio climático y calentamiento global que provoca grandes cambios y deterioro de la riqueza natural de Ancash. En horas de la tarde y teniendo como escenario el auditorio de la municipalidad, se programó la jornada cultural para abordar el contenido del libro Ancash Capital Cultural y Educación.

Los maestros e interesados de la cultura fueron poblando el auditorio. Causó alegría la presencia de educadores jóvenes y representantes. La mesa de honor fue conformada por el Gerente de Desarrollo Social de la Municipalidad Provincial, el director de la Casa de la Cultura, la directora de la UGEL Lic. Elem Valverde, la directora del Área de Gestión Pedagógica Lic. Lidia Díaz, el administrador de la UGEL, el secretario general del SUTEP, el Dr. Wilfredo Kaspoli, el Mag. José Antonio Salazar y yo. 

El programa se inició entonando el himno nacional, seguido del himno de la provincia. Las palabras de recepción, bienvenida y brindis surcaron siempre entre los linderos de la cultura y grandes deseos de desarrollo local. La motivación de los participantes fue grande, los asistentes mostraron mucho interés por saber el contenido del libro.

José A. Salazar hizo un comentario muy académico. Valoró la producción editorial de Derrama Magisterial con la contribución de los autores. Expresó que el libro reúne mucha investigación cultural de todas las provincias de Ancash, poniendo en relieve su historia, música, costumbres, danzas e información literaria de nuestras personalidades. Fue enfático al sugerir a los docentes para que en acto de identidad regional lean el texto y usen en la programación curricular. Brindó un dato importante referido a Guitarrero, sosteniendo que, según las últimas investigaciones, han encontrado vestigios que demuestran que es la expresión más antigua de asentamiento humano del Perú y América, cambiando el paradigma de los investigadores. Se refirió, que dicha información se halla en un museo importante de México y marca hitos en el proceso del poblamiento de América. 

Con particular orgullo, José Antonio informó que la Unesco declaró como patrimonio cultural de la humanidad al Comité de Riego de Corongo; donde con particular cuidado y compromiso ancestral, mantienen una costumbre comunitaria del cuidado y gestión del agua. Es una costumbre de alto valor educativo, digno de ser imitado para proteger el recurso agua, sobre todo, en este periodo del calentamiento global que pone en riesgo el líquido vital, poniendo en peligro la vida animal, vegetal y producción agropecuaria. Finalizó su participación resaltando la riqueza cultural ancashina, fuente de orgullo y admiración, invocando que debemos continuar educando y transmitiendo nuestros saberes ancestrales. 

 Durante mi participación, abordé diversos temas del libro, destacando el papel fundamental de los organizadores e instando a los docentes a incorporar en la programación curricular el contenido de la producción intelectual. Si bien la educación formal sigue normas establecidas, no debemos quedar atrapados en sus rígidas orientaciones de gabinete. No solo invité a leer, sino también a producir, a sistematizar saberes y experiencias que enriquecen nuestra invaluable tradición cultural. Además, reflexioné sobre la necesidad de dos tipos de alimento: el que nutre el cuerpo y el que fortalece el espíritu. Con esta premisa, resulta inquietante ver los mercados de comida llenos de gente, mientras bibliotecas y librerías apenas albergan unas cuantas almas que buscan libros a precios de regateo. Recordé una frase común: 'Leer es crecer, y crecer es trascender' y a falta de lectura, vemos enfermedades como la obesidad, la anemia, la diabetes y otros. Para concluir, afirmé que la riqueza cultural ancashina es incalculable, comparable a la riqueza minera, pesquera, turística, ecológica, agrícola e hidrográfica; sin embargo, no se refleja en el desarrollo socioeconómico de nuestros pueblos. La educación debe ser el motor que impulse la formación ciudadana con vocación democrática, visión de desarrollo y liderazgo.

El Dr. Wilfredo Kapsoli, participó ligando la cultura local con la mundial, narró una serie de hechos del saber popular que no están contenidos en el libro. Usó mucho el saber popular y el humor de nuestros pueblos para generar aprendizajes. Invitó a contribuir con material de información para enriquecer la producción bibliográfica a favor de las nuevas generaciones. Valoró la investigación y la sistematización de los saberes y conocimientos populares como bases sólidas para el desarrollo cultural y económico de nuestro país. 

Al finalizar el evento, el representante de la municipalidad nos entregó un Cristo Redentor que guardo con gratitud. Con espíritu halagado, agradecimos al señor alcalde, porque a pesar de su ausencia por comisión de servicio, dejó el hermoso presente que simboliza la historia y generosidad de la provincia.

Trasladar el obsequio, nos obligó a tener un especial cuidado no sólo por lo que representa, sino, por ser un trabajo de arte que testimonia la tragedia del Yungay Antiguo. El cristo redentor, encierra mucha historia de un pueblo que ha sufrido el castigo y la furia de la naturaleza.

El Cristo Redentor fue construido por el escultor Yungaíno Filomeno Melgarejo Malpica. Está ubicada en la parte más alta del cementerio con la mirada fija al Huascarán. Su tamaño es de 10 metros de alto y 9 toneladas de peso. Fue instalada en 1965 e inaugurada el 16 de enero de 1966. Fue oficialmente debelada a los 4 años con 4 meses y 15 días antes de la tragedia del 31 de mayo de 1970.

El cementerio de Yungay, guarda más riqueza histórica que el Cristo Redentor. El plano original fue presentado por el arquitecto Suizo Arnoldo Ruska en el año de 1891, lo que fue aprobada por los encargados de la beneficencia pública, iniciando el trabajo inmediatamente. La tercera etapa fue inaugurada en 1897. Este hermoso cementerio está ubicado en el sudoeste de la antigua ciudad y "construido sobre una colina artificial (castillo preinca) de forma cónica llamado cerro Huansakay."  Actualmente es un lugar de obligada visita para los turistas, porque desde su explanada se puede divisar la amplitud de la ciudad sepultada, Ranrahirca y todo el callejón de Huaylas. Además, desde ahí se puede contemplar todo el esplendor del Huascarán, y ver una palmera que desafiante queda erguido en la que era la plaza principal de la antigua ciudad. Abundando con más información, según el Sr Manuel Quijano Valladares, autor del libro Yungay en La Memoria, publica un plano en la página 113, donde se evidencia que el cementerio estaba ubicado a escasas 4 cuadras de la plaza. Este camposanto de estructura envidiable ha generado hermosos comentarios, como el de reverendo padre Franciscano Alberto Gridilla, en su obra “Ancash y sus Corregimientos”, y dice, “Más que para descanso de los muertos parece que hubiera sido formado para recreo y deleite de los vivos”.  https://es.m.wikipedia.org/wiki/Cristo_de_Yungay#.

Finalizando este recorrido por las entrañas de Yungay, es obligado citar que en el cerro Pan de Azúcar, en 1839 se libró la última batalla entre los confederados y "los restauradores" a raíz de la Confederación Perú-Boliviana, Estado confederado de 1836 a 1839. Los primeros, estaban dirigido por Andrés de Santa Cruz y los segundos, dirigidos por Manuel Bulnes y José María de la Cruz (chileno el primero y peruano el segundo). Esta batalla sangrienta terminó a favor de los restauradores, dando término a la confederación. Así se volvió a restablecer la república del Perú y Bolivia, cada uno con territorio propio y autonomía. https://es.m.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Yungay

Para conocer verdaderamente Yungay, es imprescindible adentrarse en las profundidades de la ciudad sepultada. La única vía para hacerlo es a través del túnel del conocimiento, la información y la sistematización. Hay muchas investigaciones, pero Yungay en la Memoria, brinda información pulcramente recopilado por el Mag. Manuel Valladares Q. La edición, contiene imágenes y testimonios muy finos, los que hace sentir, como en un mundo de ficción; pero con hechos reales ocurridos hace poco. Hace sentir la presencia del Huascarán en la memoria de todos los peruanos, porque Yungay, del corazón de los yungainos, saltó al corazón de los peruanos. Incluso, según información de la Embajada de Cuba, ocurrido el desastre y al requerirse ayuda internacional, Cuba se puso de pie y el comandante Fidel Castro fue el primero al donar una unidad de sangre para llegar hasta los Andes del Perú. Esta tierra poética de Ancash, se grabó con cincel en el corazón humanista de los hermanos cubanos.  

Finalizado la estancia y al cerrar la noche, envuelto entre la luz y la oscuridad, gozamos de una lluvia torrencial que generó ríos de agua en la calle. Lo sorteamos subiéndonos a un mototaxi para llegar al hotel y sacar nuestras maletas para enrumbarnos a Lima. Subimos al bus con otra maleta a cuestas lleno de ideas y sentimientos de esa inolvidable ciudad bautizada como Yungay Hermosura.   

En Lima, revisé lo que escribí, miré atrás para impulsar mi aprendizaje. Acudí a mi biblioteca para revisar un libro de tres tomos del maestro Ignacio Castillo Sotomayor, titulado Recordando Algo de Yungay. Después de recorrer sus páginas, leer testimonios conmovedores y experiencias vividas; con las lágrimas en los ojos y profundamente conmovido, extraje un texto del autor, que representa el verdadero dolor y sentimiento de los hechos del fatídico 31 de mayo de 1970.

El Profesor Ignacio trabajaba en Yungay. Ese 31 de mayo viajó junto a su esposa a la ciudad de Huaraz. El terremoto le sorprendió cuando aún estaban en dicha ciudad. Sus dos hijos menores y un sobrino que lo trataba de hijito se habían quedado en Yungay. Su retorno a Yungay fue una odisea, sobre todo de resistencia y valentía sobrehumana. En su mente y corazón estaba la esperanza de encontrar a sus tres hijos con vida, en su querido Yungay. Esa noche y al día siguiente, vive situaciones humanamente imposibles de soportar. Describe experiencias enternecedoras y aterradoras. Yo lo creo, conozco al maestro, es de Ullulluco de la provincia de Sihuas, un pueblo casi a orillas del marañón como mi querida tierra de Shumpillán. El reitera varias veces, que no dudemos de su confesión, porque su testimonio linda con lo increíble o la ficción.
El profesor Ignacio estuvo entre los primeros que logró ingresar a Yungay 
el día 2 de junio por la tarde. Él dice, que encontró un "verdadero "redil" de angelitos"; pero por ningún lado a sus seres amados, “porque todo estaba consumado.” Extraigo una frase recogida por el autor en el libro, es la confesión de una alumna Dina Carrasco, publicada el año de 1995 en la revista Santa Inés, “En el avión fuimos más de 45 estudiantes y de Yungay era la única, me sentí muy triste por dejar la patria sin saber a dónde iba; durante el viaje lloraba por mi destino incierto". Aquí nuevamente se encuentra un contraste entre la belleza y el dolor, entre la naturaleza y el sentimiento humano. Copio otro testimonio del mismo autor cuando dice que estando en medio del lodazal intentando cruzar a Yungay escuchó una voz que decía "¡se viene otra vez el Huascarán!", frente a tal anuncio, solo le llevó a pensar que él también sucumbía a la destrucción. En su libro escribe "...aquella cumbre andina que en su anverso exhibe la más deslumbrante belleza natural que cautiva a propios y extraños, su reverso esta signado por la muerte y la destrucción; allí entre su albura (altura) simpar conviven pues: vida y muerte, alegría y llanto, esperanza y fatalidad....  lo cierto es que allí está también siempre latente el malhadado signo que sepulta por igual, esperanzas y frustraciones, triunfos y derrotas, ilusiones y agonías". Esta realidad, que es parte de la historia, ha dejado profundas huellas, heridas y también a templado el carácter de hombres y mujeres que conforme pasa el tiempo van asumiendo su responsabilidad sintiéndose parte de la naturaleza. Este poema del mismo maestro nos dice:

"La mañana de mi vida, ya ha pasado,

y la primavera de mi corazón está marchita.

Lo que amábamos, no es más que una sombra.

Consuélate con saber que lo hallarás 

en tus sueños."

Y para finalizar, sin necesidad de culminar la tarea de escribir, evocando al poder de la naturaleza, repito la frase de esperanza del maestro Ignacio:

 “¡Oh Dios ...!   

¿Qué pasó contigo Yungay!”

 Hoy vivimos nuevos tiempos y necesita nuevas respuestas. Yungay va y sus ciudadanos también.

Con Wilfredo en el carro, avanzamos lentamente a Lima, cada minuto y cada hora, fue un verdadero proceso de reaprendizaje. El mundo siendo ajeno, también en sus horas más difíciles, nos tiene entre sus brazos, para bien o para mal, pero nunca para nada. Con Wilfredo aprendí, que amar lo nuestro te hace grande. Amar nuestra tierra, es como amar a nuestra madre. 

 Fuentes bibliográficas:
  1. Ancash Capital cultural y Educación. Edición 2015. Derrama Magisterial.
  2. Puro Perú- edición 2014 Derrama Magisterial.
  3. Recordando algo de Yungay - Ignacio Noé Castillo Sotomayor - ed. 2013 
  4. https://es.m.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Yungay
  5. https://es.m.wikipedia.org/wiki/Cristo_de_Yungay#
  6. Evento de presentación del libro.
  7. Dialogo con actores directos.
  8. Observación directa 
  9. Google heart

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