Haciendo Magisterio

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sábado, 18 de julio de 2015

Gestión y flexibilidad orientado a los objetivos

La Gestión no es sencilla, pero se puede  hacer más fácil 


Un maestro con experiencia, el Dr César Picón me dice, que en la gestión pública debemos ser firmes e inflexible en nuestros objetivos y metas, pero flexibles en el proceso. Es la voz de la experiencia y un consejo sabio que anoto, aplicable también  a la gestión privada.

La voz unánime de nuestros tiempos exige que la gestión debe ser de calidad y excelencia. En teoría, todos anhelamos y propendemos que sea así, y cuando abordamos nuestra responsabilidad, sin mucho reparo ni profunda auto evaluación consciente y concienzudo, asumimos que lo propio si es bueno. Tener esa valoración es importante, pero si no está sujeto a criterios rígidos y parámetros científicos es bueno ser mas reflexivos y humildes en la apreciación.
La gestión tiene muchos principios como la oportunidad, la legalidad, la ética y moral, la eficiencia y eficacia, la cientificidad, la visión estratégica, la flexibilidad, el aprendizaje continuo, entre otros.
Reparar en todo es imprescindible, pero aquí me concentro solo en el tema de la flexibilidad ¿Como ser flexible en la gestión? ¿Cómo lograr las metas si hay que ser flexibles? A partir de mi experiencia como docente en educación básica y superior, profesor y director de escuela, regidor municipal como jefe de presupuesto y educación, dirigente gremial y social, asumo con certeza que en ocasiones se tienen que ser firmes, es decir, en la toma de las decisiones vale no ser flexible; pero en las tareas cotidianas, en las actividades orientadas a concretar el objetivo y en los plazos vale asumir usando con responsabilidad ese criterio flexible, es decir darse Tiempo para la reflexión. Es decir, tenemos que entender que el proceso es la suma de acciones constante de ajustes y reajustes pero sin perder de vista el objetivo.
Por mi experiencia, soy exigente con las personas que cumplen o hacen el esfuerzo por asumir sus responsabilidades, asumo tal actitud por que tengo confianza en esas personas, por que ellos aceptan ideas y sugerencias sin muchas dudas o peros, o si tienen nuevas ideas lo plantean con calma y libertad, con la seguridad que yo también los escucho y me doy tiempo para procesar de manera colectiva. Como testimonio, muchas veces me doy tiempo para atender las muy buenas ideas y opiniones de los demás sin necesariamente ubicarles en la escala de prioridades a la persona por el puesto, cargo o especialidad, por que he comprendido que todos son valiosos.
A estas alturas de mi vida he comprendido que no todos giramos al mismo ritmo ni velocidad ni dirección, algunos son muy lentos que exigen mucha paciencia y otros son rayos que merece ponerle los reflectores para que no tropiecen en su ímpetu. La flexibilidad es entender y atender a ambos grupos. En particular yo aprecio a los rayos, por que ellos en su avance son capaces de descubrir nuevos caminos y si están equivocados o necesitan reajustar el proceso, retroceden para reenfilarse y avanzar junto con los que acostumbran caminar despacio. La clave es, estimular a los rayos para que no se dejen contagiar por los lentos. En suma es mejor que todos sean rayo.
Nuestras instituciones y el país merecen gente que aprenda y tomen decisiones más rápidas. Necesitamos profesionales que usen el tiempo como un recurso valioso y valoren su saber para hacer avanzar los proyectos y la vida institucional en el tiempo necesario.
El profesional que sabe y sabiendo detiene el curso de los proyectos es menos valioso que aquel que no sabe, pero en el intento avanza y aprende para luego acelerar. No quiero decir que nuestro camino sea de experimentos constantes, al contrario, al rodearse de gente proactiva y pilas, nos permite anticipar los acontecimientos y prevenir los efectos contrarios a los objetivos, por que el sentido de la oportunidad es clave para toda gestión pública y en esos términos tenemos que ser menos flexible en ese aspecto.
La gestión pública es toma de decisiones, organización de equipos, planificación de los actividades,  ejecución de los procesos, evaluación y reflexión para en espiral avanzar. Tiene que ver con la ejecución de actividades y proyectos. En este proceso, un tema crucial es la articulación de los equipos y los procesos en una sola dirección, es mirar lejos sin dejar de ver los detalles. Un buen gestor, mira los detalles y relaciona con los grande objetivos, por que los equipos generalmente miran los detalles sin relacionar con los otros que corresponden a los otros equipos. Esa es la razón por el cual debemos articular de manera intra e inter institucional en lo que corresponde integrar a los equipos. En la articulación de los equipos no podemos pecar de flexibles, por que ponemos en juego el resultado.
En la gestión pública o privada, se encuentran profesionales con mucho conocimiento y otros con menos conocimiento. Es importante que los conocimientos estén respaldados por la experiencia que significa tener el vértice del buen saber. Saber es la intersección entre la línea de la teoría y la práctica y éstas intersectadas por los valores y actitudes en forma de hipotenusa, hace que el profesional sea competente. Aprovechar de ellos en cada paso para reflexionar y reajustar el proceso es la maximización de la flexibilidad.
Es importante evitar confusiones entre el gestor y el quién hace gestión. La segunda obedece a toda una preparación y acumulación de experiencias a lo largo de la vida, reforzada por estudios e investigaciones que acrediten capacidad y resultados. Tienen que ver con la vida institucional de una institución y también trabajó en equipo. El gestor, asume la responsabilidad de gestionar un proceso, una actividad, un proyecto, no mira los grandes objetivos generales de la institución, sino, se concentra en los objetivos específicos orientadas a dar viabilidad  al encargo recibido. La confusión de roles evita articular resultados y eso no es conveniente para la institución. En este caso, se tiene que ser muy claro en el señalamiento de roles y responsabilidad, aquí cabe la capacitación a los colaboradores con proactiva labor gerencial.
La flexibilidad en la gestión tiene que ver también con el reajuste de planes y programas, pero como producto de la evaluación en equipo. Nadie que no participe de ese proceso se puede sentir involucrado con los grandes objetivos. Es mejor involucrar  y creer en las personas, que actuar imaginando que los demás tienen opiniones menos valiosas.
La gestión no es intuición sino conocimiento y prospección, la flexibilidad nunca debe invitar a constantes cambios de rumbo, sino, debe limitarse al reajuste de los procesos. Seamos flexibles en el proceso e inflexibles en el logro de nuestros objetivos.

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