DOS MUNDOS DIFERENTES Y OTROS CUENTOS AMAZÓNICOS
"LA OBRA DE UN MAESTRO COMPROMETIDO
CON SU PUEBLO"
Nota preliminar: Julio Yovera, maestro y militante de partido Comunista del Peru - Patria Roja, no dejó pasar la oportunidad de objetivar la realidad cuando le tocaba analizar un tema. Conocedor del método científico, fue capaz de interpretar la realidad con objetividad, y eso es lo que hizo al comentar el libro del maestro Jonatan Paredes.
Estando en vísperas del día del maestro, me atrevo publicar este texto, valorando a dos maestros, a Tallan, representado por Julio Yovera, y a Runcato, representado por Jonatan Paredes, ambos de la región Piura y Ucayali respectivamente.
Las aguas del río Piura llegan al Pacífico y el de Ucayali al Atlántico; sin embargo, Tallan y Runcato, unen sus ideales en una sinfonía sin fin por un mundo mejor, una patria libre, un pueblo con justicia social, un ambiente sano y saludable, y una nación prospera e integrada. Con esa seguridad, les invito a leer el comentario de JYB que con mucha alegría y satisfacción me entregó JPV en el año 2015.
En este día del maestro les abrazo a los dos camaradas, por que demostraron que la producción intelectual es sinónimo de liderazgo. Julio desde allá y Jonatan desde aquí, unen el camino de la lucha.
Aquí va el comentario completo de JYB:
Vale la pena enfatizar que la gran
unidad de los pueblos de la amazonia del Perú, incluso de las regiones ha sido
difícil de lograr precisamente por las diferencias, enconos, desencuentros
entre etnias. Muy pocos fueron los casos en los que los movimientos regionales amazónicos
lograron su unidad, y solo cuando la imposición y el dominio de los grupos de
poder violaron su territorio, los nativos se unieron, es el caso, por ejemplo,
de Runcato, líder nativo que en 1765 logro expulsar a los misioneros,
posteriormente los nativos siguieron siendo exterminados. La época del caucho
fue terrible, pues, un reclutamiento compulsivo los esclavizo y extermino,
estos son temas que la literatura latinoamericana trata y denuncia, como es el
caso de José Eustasio Rivera (La vorágine) y Richard Collier (el río que dios
olvidó), entre otros.
El hombre amazónico en contacto con
su medio y por herencia ancestral cultural tiene su cosmovisión que les es muy
particular, tiene su modo de entender la vida y su modo de vivir. Cuando no ha
tenido el peligro de las amenazas externas ha sido un ser libre como tiempo
toma prestado a lo que encuentra en la naturaleza, Esta es una de las ideas que
desarrolla Jonatan Paredes Vásquez en el libro que hoy comentamos.
Dos mundos diferentes son los espacios
en los que se desenvuelven los hombres que interactúan en lo que llamamos
civilización y lo que es el ambiente de la selva. Y entonces nos encontramos
con una narración que solo es posible en esa visión que el autor declara que
existe en el mundo ancestral y que el hace suya. Por eso nos habla de los
mundos o de las dimensiones que son clasificaciones que no corresponder a la
racionalidad del subrayamos que la primera fortaleza que tiene el trabajo de
Jonatan es hacernos conocer esos mundos maravillosos que menciona y que
sostienen y abarca la cosmovisión de esta cultura.
“Jene Nete -
Mundo de las Aguas
Non Nete -
Nuestro Mundo
Panshin Nete
- Mundo Amarillo
Jakon Nete -
Espacio Maravilloso, donde está el sol”
La
obra que hoy presentamos abrazo literalmente esos mundos, no sin
contradicciones y sin tensiones, los mundos de las aguas, de los ríos, de as
lagunas, de las lluvias, el mundo de la tierra, de los seres silvestres, de los
animales, el mundo del cosmos, de los cuerpos celestes, todos ellos unidos en
una interrelación dialéctica de vida con el mundo de los nativos, de los seres
humanos, el mundo de la convivencia de todos los días.
Desde
ese mundo, integrado y único, nos entrega el cuento estandarte que es desde
nuestro punto de vista el emblema que articula todo el libro. Una creación que
describe una aventura que se inicia en un punto del río Ucayali y cuyas aguas
por impulso de la corriente los lleva a los pequeños exploradores a Puerto
Azul, lugar donde todo es armonía pues comparado con el pueblo donde viven
Congompe y Boqui, nombres de los protagonistas, es un paraíso, no por su
exuberancia ni su exotismo, características que están presentes en la
literatura palaciega de los tiempos feudales, sino porque en aquel mundo todo
esta ordenado: los maestros trabajan, las aulas están limpias, la gente es
honrada. Lucerito la niña amable representa el porvenir luminoso de la patria y
entonces se convierte en solida esa esperanza, y aun cuando nuestros dos
amiguitos han estado en las entrañas de Ronin (Yacumama) que los trago, nos
queda la certeza que un mundo mejor si es posible.
Hay
un factor que es requisito de toda buena narración, tiene que ver con la
capacidad del escritor para poetizar el lenguaje y para simbolizar o
metaforizar lo que se dice, y en ese sentido, el cuento primero del libro que
estamos comentando, está lleno de expresiones que nos permiten tener convicción
que la poesía esta presente en el lenguaje como podemos constatarlo en el
siguiente párrafo:
“El sol diluía pacientemente el
espeso manto, e iba desvelándose ante mis ojos mi olvidado pueblo.”
En esa poetización de la narración,
la creación tiene la ventaja de anticiparse a la realidad de la mañana, lo que
lleva a un implícito cuestionamiento de la realidad presente, pues, quien no
sabe que hoy en días los ríos de todas las latitudes del planeta desfallecen
por la acción, entremezclado de palabras de uso regional.
“De pronto entramos en una oscuridad,
ya no escuchábamos a los loros, ya no había neblina, y … ¡oh sorpresa¡,
atónitos comprobamos que estábamos... ¡en un río cristalino¡ viendo mover sus
aletas a tremendos sábados, boquichicos, bujurquis, tucunares y acarahuazus que
nos miraban con sus ojitos radiantes, un grupo de gamitanas vinieron a nuestro
encuentro, y como si besaran nuestra embarcación nos daban la bienvenida”
Toda la magia, los mitos, las
costumbres, las creencias han sido tomadas por los hacedores de arte en su
forma escrita, en sus pinturas, en sus bailes, en su música. Los artistas
trasladan a su obra la realidad y la subjetividad de sus pueblos. Eso es lo que
los convierte en heraldos de la vida, en seres que configuran la estirpe de los
especiales. En ese sentido el escrito de Jonatan Paredes Vásquez es una
esperanza y trasciende porque ésta no se queda en él, sino que la expresa, la
socializa y la transmite, como un aeda de los tiempos luminosos que vendrán.
Tengamos en cuenta que es el lenguaje
poético el que le da carácter de arte a la palabra. Solo la palabra que produce
goce estético, que conmueve, que contagia sensibilidad es poesía. Sin embargo,
el escritor que ha adquirido un compromiso con su pueblo tiene el deber ético,
moral, de escribir y hablar de la vida como la vida es. En ese sentido, Vallejo
y Arguedas, solo para hablar de los nuestros, son un ejemplo. Ahora bien, en
una región como la Amazonia, donde la magia de los mitos y creencias explican el mundo, son éstas las que se convierten en insumo del arte poético, pictórico,
musical, cuyo eje será siempre la realidad. Por eso mismo, Jonatan Paredes
Vásquez, consecuente con ese postulado les da el lugar que les corresponde en
el relato. La magia no niega la realidad.
“La mayoría éramos de condición
humilde, nuestros hogares eran de bajo nivel socio económico y cultural, pero
un grupo de condiscípulos eran hijos de empleados públicos y comerciantes, y a
ellos no les faltaba nada, “No sabían que era la pobreza”, como decían”
“Una tupida neblina cubría como un
manto blanco la apacible Orellana, pueblo de hombres y mujeres pujantes que
luchan día a día por sobrevivir en la permanente contradicción de “vivir
muriendo”. A esas horas de la mañana, la gente se dirigía hacia el centro de
abastos para comprar plátanos, yuca y pescado con que alimentar a sus hijos,
pero otros compraban lomo fino de res, y decían: ¿acaso soy pobre para comer
chiuchiu?, o también: “de tanto comer pescado, hasta escamas me van a salir”
“Todos
los días veíamos las miserias de los mayores: borrachines durmiendo en las
calles arenosas, esposos golpeando a sus esposas, asaltantes de comercios,
madereros depredando los bosques, frecuentes robos en las casas: ¡Este es
nuestro mundo!, dijo Congompe.”
Jonatan
Paredes Vásquez continúa la tradición de los escritores regionales de su pueblo
como Francisco Odicio Román, quien dejo una obra que las autoridades debían
difundir y que tituló Mitos y leyendas de los chamas, de Ulises Reategui,
compilador de Creencias, mitos y leyendas. No tiene por que sorprendernos que
sea así. El escritor no inventa caminos, lo que hace es continuar sendas que
otros ya recorrieron, y en ese proceso, adquiere la capacidad de crear algo
nuevo.
Y
lo nuevo es pate medular de la narración que comentamos. El autor, valiéndose
de una licencia literaria que significa básicamente quebrar el sentido de la
lógica como una manera de tomar distancia de la realidad adversa, los niños
aprenden y aman la lectura. Siento y compruebo una vez mas que vallejo no solo
es universal, sino que es de todas las latitudes de la patria, de todas las
culturas, que esta en la costa, en los asentamientos humanos como esta en los
pueblos andinos, en los conglomerados amazónicos, en medio de los bosques y
esta en todos los pueblos. En efecto, en esa escuela ideal, los niños leen a
Paco Yunque el inmoral cuento del escritor planetario de Santiago de Chuco.
Para
que así sea, en el caso particular de los dos mundos, Jonatan ha tenido que
sentir el palpito cotidiano de un pueblo que además de vivir aspira a un orden
mejor, que siente la necesidad de construir una fraternidad que haga que los
seres humanos se abracen y se viva en armonía con la naturaleza.
El
escritor siente en su espíritu y en su piel este grito que no aflora
generalmente de la garganta sino del alma, que no solo requiere de una
comprensión racional del mundo que lo rodea, si no sentirla, amarla, que no
solo le basta identificarse con esa realidad, sino ser parte de ella. De manera
que su creación es el testimonio de su vida, de su entorno.
El
literato es un soñador, predice el mundo, lo imagina mejor de lo que es en este
momento. No hay solo una literatura a modo de crónica, hay también una
literatura a modo de anticipo. El escritor es un adelantado de la realidad.
Jonatan Paredes Vásquez Contrasta su esperanza con la de la dura realidad que
se ha ensañado duramente con el pueblo. Los símbolos que se usa no están en sus
fantasías, sino que es parte sustantiva de la vida.
El
autor de Dos mundos es maestro, maestro profundamente comprometido con las
luchas de los maestros, de su pueblo, de su país. Y por eso se ha comprometido,
como buen discípulo de Mariátegui e identificado con el legado de Horacio
Zeballos, con la educación y las luchas de los pueblos. Entonces su creación no
solo es una revelación de la Amazonía y sus misterios sino también una protesta
contra la injusticia, porque esta literatura, estos relatos que nos entrega son
la expresión de un levantamiento y una denuncia de las que cometen los grupos
de poder que atentan contra la vida de las personas y atentan contra el medio
ambiente.
Esto
lo podemos percibir a lo largo de todo el texto, pero de manera particular en
las partes donde denuncia a la taladores de los bosques. El libro es una
protesta, un llamado de atención al sistema depredador. Los vaticinios son alarmantes,
hay expertos que han señalado que para el 2050 la mitad de la selva existente
en todo nuestro continente habrá desaparecido. ¿Cuál es la suerte que les
espera a los 33 millones de personas de las ciudades de la selva, que destino
tendrán los 385 pueblos nativos que existen en los países amazónicos? Los gobiernos
y los grupos de poder no les interesa este grave problema y solo la literatura
y los grupos medio ambientalistas se atreven a denunciar.
Uno
de los logros de Jonatan Paredes Vásquez es el de recrear literalmente la
importancia de los valores. Tiene en ese sentido un fin didáctico. Si los procesos
de enseñanza-aprendizaje deben servir, además de adquirir conocimientos, para
mejorar al ser humano, un buen material para lograrlo es el presente libro. En
sus páginas están presentes el valor de la amistad, el valor de la solidaridad,
la honradez, el respeto a la vida.
El
mundo mágico de la Amazonía, los seres animales que tienen vida. Los hombres
buenos y los hombres malos, vinculados a la naturaleza nos dan una visión
literaria y poética de la realidad selvática que un docente como Jonatan Paredes
se ha atrevido a escribir.
Que
su pueblo lo lea para que afirmen mejor el sentido de dignidad y pertenencias."
Fuente: Copia de la original que cuento en mi poder.
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