viernes, 1 de mayo de 2020


DÍA DEL OBRERO, LA LUCHA ES INDETENIBLE

Por: Heli Ocaña

La coyuntura de la pandemia impide la movilización de millones de trabajadores del mundo en defensa de sus derechos y reivindicaciones. Volverá el tiempo y espacio para reencontrarnos y hacer de las grandes avenidas, un camino común de lucha por un mundo mejor; donde los trabajadores, dueño de su fuerza de trabajo y motores de la economía, disfruten del pan y la belleza como nos inspiró el amauta José Carlos Mariátegui.


El neoliberalismo, es un modelo económico superior de explotación a los trabajadores y promotor del consumismo desenfrenado. Es una fuerza política, económica, jurídica y cultural que se impone por todo el mundo, apoyado por los gobiernos proclives al gran capital, respaldados por los grandes medios de comunicación, el establishment político, el imperialismo norteamericano, y sus instrumentos económicos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Inter Americano de Desarrollo, entre otros. Es decir, tienen a su servicio poderosos músculos de la barbarie, para condicionar los destinos de los pueblos, fortalecer el capital privado a costa del desprecio a la vida humana y de los trabajadores.

Este modelo perverso, llamado “capitalismo salvaje”, es un sistema de amordazamiento y explotación de los trabajadores, porque reduce sus derechos, anula o reduce las vacaciones, incrementa las horas de trabajo, impone salarios precarios y desiguales a igual trabajo desarrollado, incorpora sistemas de contrato sin beneficios de compensación por tiempo de servicios ni pensiones dignas, no garantiza condiciones decorosas de trabajo con seguridad y cuidados de la salud, no promueve actualización y capacitación al trabajador, legaliza los despidos protegiendo a los empresarios, impide el derecho a la organización y sindicalización, y cuenta con una legislación y administración de justicia proclive al capital e interés del poder económico. 

Esta realidad económica injusta de carácter histórico y estructural, precariza la situación de los obreros, y obliga enfrentarla de manera organizada. Los antecedentes históricos de la lucha de los trabajadores son aleccionadores, como el de la lucha de los mártires de Chicago, las grandes huelgas de los trabajadores de Europa, los movimientos populares de Centro América, y los grandes movimientos anarquistas, socialistas, estudiantiles y sindicales de América Latina y el Perú, de las primeras décadas del S. XX, que lograron la jornada laboral de ocho horas. En síntesis, en memoria de esas grandes luchas, el 1° de Mayo se celebra el día del obrero, como reconocimiento al sacrificio y la lucha heroica de millones de trabajadores del mundo, que obligaron a los Estados, reconocer el derecho a las 8 horas de trabajo.

Los trabajadores que se organizan y luchan solo por objetivos reivindicativos, pierden el sentido de lo estratégico, y ninguna reivindicación será completa si llegamos a la autocomplacencia con la atención de exigencias parciales y coyunturales; los grandes cambios sociopolíticos que generen bienestar para todos, solo serán posibles con la lucha articulada entre las organizaciones de los trabajadores y el pueblo para lograr democracia plena, una nueva constitución política del Estado, una nueva justicia y regeneración moral con sanción ejemplar a los corruptos, una mayor inversión en salud y educación, una seguridad social universal y condiciones dignas de trabajo para todos, desarrollo descentralizado y articulado, soberanía sobre nuestros recursos naturales para poner al servicio de la nación, independencia nacional, Proyecto Nacional de Desarrollo y un gobierno de ancha base que represente los verdaderos intereses de las grandes mayorías.

Es importante la lucha organizada de los diferentes sectores sindicales y centrales gremiales; pero, los trabajadores tenemos el deber moral y político de elevar la lucha reivindicativa a la lucha política orientado a lograr las grandes reformas y cambios que la nación y la historia exige. Es hora de la unidad y centralización de la lucha, de la unidad y fortalecimiento de los partidos políticos de izquierda con aspiración de poder.

Que la coyuntura no nos impida mirar el largo plazo y la necesidad real de grandes cambios que todos queremos. Que la crisis no lo paguen los trabajadores, que lo paguen los ricos que se beneficiaron de este modelo injusto.

¡Unidad de los trabajadores por una patria nueva, humanista y solidaria!
¡Respeto a los derechos de los trabajadores!
¡Por una economía justa y solidaria!